miércoles, 1 de abril de 2009
TRAJES CON LOS QUE ACTUAMOS
El pueblo cántabro tiene un folklore y una cultura muy variada y particular. La peculiar orografía de nuestra región mantuvo muchas zonas aisladas y los numerosos valles que forman nuestros ríos han contribuido a crear comarcas y lugares con sus propias tradiciones y modos de vida.
De este modo nada tienen que ver lebaniegos, campurrianos, o pasiegos con los habitantes de la costa o los de los valles de Carriedo y Toranzo. Por ello creemos que uno de los aspectos más interesantes de Cantabria es su ricsobanos a etnografía, esa mezcla de costumbres, modo de vida, fiestas, leyendas, tradiciones, actividades lúdicas... Un verdadero tesoro que poco a poco se pierde y que todos deberíamos conocer, respetar y conservar.
Buena prueba de nuestra variada etnografía es la importante diversidad de trajes típicos que tenemos en la región. Desde los más ricos y vistosos utilizados en las grandes ocasiones y festejos, hasta los atuendos de labor, pasando por los famosos trajes de romeros, todos son muestra de nuestra propia identidad. Cada una de las comarcas cántabras, cada uno de sus valles, del mismo modo que posee su propia personalidad y costumbres, luce con orgullo sus trajes tradicionales, diferentes y únicos, memoria hoy de tiempos pasados.
Buena prueba de nuestra variada etnografía es la importante diversidad de trajes típicos que tenemos en la región. Desde los más ricos y vistosos utilizados en las grandes ocasiones y festejos, hasta los atuendos de labor, pasando por los famosos trajes de romeros, todos son muestra de nuestra propia identidad. Cada una de las comarcas cántabras, cada uno de sus valles, del mismo modo que posee su propia personalidad y costumbres, luce con orgullo sus trajes tradicionales, diferentes y únicos, memoria hoy de tiempos pasados.
.1- EL TRAJE DE DIARIO.
Tal vez lo más difícil de rastrear sea la vestimenta que utilizaban en el trabajo, sin duda alguna su trascendencia es pequeña y sería un modelo que se repite en todas las partes de la región, durante todas las épocas. Como hemos dicho la importancia y la trascendencia la tendría el traje de gala.
4.1.1- El traje femenino.
Durante el siglo XVIII y XIX, el traje femenino ha cambiado muy poco con respecto al masculino. Las mujeres se encargarían de realizar y confeccionar los trajes, incluso puede darse el caso de repartición del trabajo entre varias familias, típico de momentos preindustriales. El cardado, la hila, la confección y el batanado de la lana u otro material correspondería a una misma familia. La mujer campurriana en estos momentos luciría a diario una camisa larga de corte cuadrado, sin adornos, hasta los tobillos de lino vasto, esta camisa era toda la ropa interior, siempre iba a "cuerpu libri" (V.V.A.A.: 1985, pág 171). Para cubrir la camisa utilizarían una saya de lana, paño o bayeta hasta el tobillo; también podían tener uno o varios manteos de sayalete de diversos colores, naranjas, rojizos, etc. que les utilizarían como falda de diario,( pero nunca debajo de la saya principal, esto lo podrían hacer en las fiestas, pero aún así sería difícil de explicar que se pusieran varios manteos debajo de la saya). Para tapar el busto solían ponerse un refajo de vasto lino o estopa y encima de éste una pañoleta por los hombros, cogida por los picos en la zona delantera (pudiera darse el caso que en el delantal, aunque según Julio de la Puente no lo utilizaban antiguamente). El atuendo femenino se complementaría con escarpines y albarcas, aunque también cabe la posibilidad de que en casa fueran descalzas. La cabeza la cubrirían con un pañuelo atado en la parte superior dejando dos picos, y suelto en la parte trasera. Raramente las mujeres se descubrían la cabeza, por eso, en las zonas norteñas es muy raro que lucieran adornos, sólo una o dos trenzas, generalmente colgantes, o recogidas, jamás con flores y sólo alguna vez con cintas (Hoyos Sainz, Luis y Hoyos Sancho, Nieves: 1947. pág 535). En los días de invierno se pondrían medias de lana hasta las rodillas, varios manteos y la saya; para el cuerpo un dengue de lana vasta y camisa gruesa. Las mujeres en esta época no tendrían muchos vestidos, por eso tendrían que alternar el traje de gala con los de diario, por esa razón la saya que cubre los manteos no debe ser una prenda diaria, muy al contrario sólo se pondría en ocasiones especiales o en momentos de intenso frío, aunque no hay datos suficientes, debería existir una saya burda o rodao, para el trabajo en el campo.
4.1.2 El traje masculino.
Los hombres durante los siglos XVII al XIX, utilizarían para el trabajo diario un ropaje sin grandes adornos, totalmente utilitario y destinado a su misión, que podría ser la de ganadero, campesino o alguna profesión no relacionada directamente con el campo, carpintero, herrero, sastre, etc. La ropa de faena tenía que ser cómoda, destinada a un uso concreto, andar por los montes y por los campos. El hombre vestiría una camisa larga de estopa . Para cubrir las piernas unas "bragas" o calzones hasta la rodilla con alzapón y trampa, para atarlo botones, el material más probable era el lienzo de peñasco, tejido muy duradero que serviría para muchos años; otra posibilidad es que la camisa se recogiera entre las piernas y se formase con ella una especie de "pantalón corto". Para cubrir las piernas vestirían polainas de lana o bien "peales" del mismo género. Las albarcas serían, junto con los escarpines, el calzado más habitual para las faenas diarias (V.V.A.A.; 1985). El traje de trabajo es sin duda el más difícil de rastrear, no sólo por que de él no se haya conservado nada, sino por que su trascendencia cultural es nula. Por cuadros antiguos y haciendo paralelos con oras zonas de España o Europa, los miembros de comunidades rurales se preocuparían poco de su traje de faena, estos retratos colectivos de corte costumbrista se pueden apreciar, y sirvan como ejemplo, en los lienzos de Brueghel el viejo, que refleja la sociedad rural del siglo XVI-XVII, esta sociedad campesina no distaría mucho, en los días de trabajo, de la descrita por el pintor para el valle de Campoo. Aunque es dificultoso realizar este estudio, en Campoo los hombres lucirían prendas de pardomonte, un paño ordinario que se utilizó mucho en el siglo XVIII para la confección de capas. La capa sería otra de la prenda que utilizarían los campurrianos en los días de diario en momentos de frío. La montera o "picota" campurriana se utilizaría como complemento para preservarse del frío, esta montera de gran altura también tenía una misión de diferenciación entre los habitantes del valle y los de otro, sobre todo, cuando se llevaba el ganado de forma trashumante; o bien, como distintivo, para que se viese a la persona en los montes en caso de niebla.
DEJANDO UNA SEMILLA DE NUESTRO FOLKLORE EN DIVERSOS LUGARES..
Durante estos años hemos adquirido una gran experiencia y en la actualidad contamos con un amplio repertorio de los bailes más representativos del folklore Montañés como son la Danza de Picayos, Él Cuévano, Danza de los Arcos, La baila de Ibio, Él Trepeletre, Danza de los Palos, Bailé del Conde de Lara, Danza de los Lazos, Bailes del Pericote, Parejas de Pandereteras y Parejas de baile para Jotas.
De la importancia de este grupo cabe destacar sus actuaciones a nivel internacional como fue su participación en festivales en Francia y Portugal, nacional (Grabación para la televisión Gallega, Fiesta del cangrejo en Herrera de Pisuerga (Palencia), Concentración nacional folclórica en Miranda de Ebro (Burgos), Día de Cantabria en la Casa de Cantabria (Madrid) y numerosos Intercambios con grupos de Galicia, Asturias, Valladolid, Palencia, Toledo, Murcia...)
En el ámbito regional destacan sus actuaciones en el Día de Cantabria en Cabezón de la Sal, la Gala floral de Torrelavega, Palacio de festivales de Santander, Día infantil de Cantabria en el Palacio de la Magdalena (Santander). Día de Campó en Reinosa, Fiesta de localidades como: Torrelavega, Ampuero, Guarnizo etc. y los Certámenes regionales de Jotas montañesas en Reinosa, Los Corrales de Buelna etc.
En el ámbito regional destacan sus actuaciones en el Día de Cantabria en Cabezón de la Sal, la Gala floral de Torrelavega, Palacio de festivales de Santander, Día infantil de Cantabria en el Palacio de la Magdalena (Santander). Día de Campó en Reinosa, Fiesta de localidades como: Torrelavega, Ampuero, Guarnizo etc. y los Certámenes regionales de Jotas montañesas en Reinosa, Los Corrales de Buelna etc.
PICAYOS DE CARTES
Corría el año 1988 cuando Victoria Bustamante (actual responsable del Grupo) decidió poner en marcha el Grupo de Danzas “Los Picayos de Cartes” creado por su padre Don Emilio Bustamante “Porrua”, desde entonces ha venido trabajando por y para este Grupo, persiguiendo siempre un objetivo: enseñar, pero también transmitir el cariño los bailes y cantos tradicionales.
Son muchas las personas que han pasado por el grupo y, sin duda, todas ellas se han llevado consigo la semilla de las tradiciones de Cantabria.
En la actualidad, el futuro del grupo esta garantizado. Prueba de ello es la joven edad media de sus componentes, debido en buena parte al trabajo llevado a cabo con niños y niñas que, con apenas 4 años, comienzan su andadura.
Nuestro Grupo de Danzas se caracteriza por la realización de bailes regionales cantabros. Tenemos un gran repertorio de bailes entre los cuales se encuentran:
Son muchas las personas que han pasado por el grupo y, sin duda, todas ellas se han llevado consigo la semilla de las tradiciones de Cantabria.
En la actualidad, el futuro del grupo esta garantizado. Prueba de ello es la joven edad media de sus componentes, debido en buena parte al trabajo llevado a cabo con niños y niñas que, con apenas 4 años, comienzan su andadura.
Nuestro Grupo de Danzas se caracteriza por la realización de bailes regionales cantabros. Tenemos un gran repertorio de bailes entre los cuales se encuentran:
La Danza de Ibio,
El Cuevanuco,
Las Manolas,
Las Mozucas,
Las Diez,
Los Palucos,
El Conde de Lara,
Los Lazos,
La Danza del Pericote,
Los Arcos,
El Trepeletre,
Jota Montañesa…
También hacer mención a nuestra “Panderetada” la cual va acompañada de nuestros cantes regionales, basados en jotas y pericotes.
También hacer mención a nuestra “Panderetada” la cual va acompañada de nuestros cantes regionales, basados en jotas y pericotes.
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